Misa viene del latín missa (despido) , pues al terminar la ceremonia se decia "itte, mitte es" que significa (Vayanse es el despido). Missa viene del verbo mittere que significa enviar y arrojar
2. HISTORIA
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El
pueblo del A.T. se reunía cada año delante del Arca de la Alianza que
contenía las tablas de la Ley, palabra permanente del Señor y el vaso del
maná, comida de salvación para el pueblo (Ex. 25, 10.16 y Dt. 10, 1.5), pan
ácimo que evocaba la huída de Egipto con el pan a medio hacer sin levadura.
Se sacrificaba el cordero y su sangre lanzada al aire por los sacerdotes,
borraba los pecados del pueblo.
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Pero semanalmente, el
sábado era el día establecido por Dios para que su pueblo le diera culto
público y su total dedicación era una obligación grave.
El descanso sabático era de
naturaleza estrictamente religiosa y por eso culminaba y manifestaba en la
oblación de un sacrificio. Este día era para los judíos un signo de la
Alianza Divina, por lo que lo celebraban con una fiesta que contenía la
promesa de una realidad que aún no había tenido lugar.
Nuestro Salvador, en la
última cena, instituyó el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre, como
memorial de su muerte y resurrección, ordenando a sus apóstoles celebrarla
"hasta que vuelva" (1C 11,26) y constituyéndoles en sacerdotes del
Nuevo Testamento, de forma que a través de la Santa Misa se le reciba a El
mismo, como alimento.
El mandamiento de Jesús de
repetir sus gestos y sus palabras, requiere la celebración litúrgica por los
apóstoles y sus sucesores del memorial de Cristo, de su vida, de su muerte,
de su resurrección y de su intercesión junto al Padre, o sea, no solamente
acordarse de Él y de lo que hizo.
Aunque los primeros cristianos
se reunían diariamente en el templo y escuchaban los sermones de los
Apóstoles, es más bien con la Resurrección de Cristo, ocurrida el primer día
de la semana, cuando definitivamente el sábado da paso a la realidad que se
anunciaba, la fiesta cristiana que se verificaba ese primer día, el Día del
Señor –Doménica Dies–. Por eso nuestros antecesores en la fe cristiana tenían
el domingo sus reuniones litúrgicas para escuchar la Escritura, que consistía
en lecturas del A.T. y así poco a poco, se iban juntando en casas
particulares para oficiar la Santa Eucaristía (Liturgia) con el fin de
comulgar los Santos Cuerpo y Sangre de Jesucristo. Mientras tanto, los
cristianos helenistas –o sea, los que habían adoptado la cultura griega– se
irán apartando de la sinagoga judía para reunirse en Asamblea, alrededor de
las mesas en sus casas privadas, para compartir también el pan de vida de la
Palabra y conmemorar la fracción inolvidable del pan, recordando aquel primer
día, el de la Resurrección, cuando camino de Emaús, Jesús encuentra a dos de
discípulos, Cleofás y otro que no sabemos su nombre (y que podía ser incluso
su propia mujer, María) y accede a la invitación de ellos para permanecer
aquella noche y compartir la comida, procediendo a bendecir el pan, partiéndolo
en trozos y dándoselos, signo claro de la presencia del Maestro con ellos.
El encuentro en el camino
de Emaús marcó, por así decirlo, el orden litúrgico a seguir en nuestra
Iglesia (Lc 24, 13.35)
Sus palabras: "El que
me ama guarda mi palabra" (Jn. 14,15) y aquellas de "Haced esto en
memoria mía" de la Cena Pascual, aún resonaban vivas y fueron
incorporadas prontamente a la Iglesia primitiva de los primeros siglos.
Y de este modo, la misma
realidad transformada por Cristo, sella una nueva alianza con el Verbo o
Palabra encarnada y su nuevo maná eucarístico que da vida eterna y en
abundancia.
El Apóstol Santiago compuso
la primera Liturgia cristiana, de la cual derivan las actuales de San Juan
Crisóstomo y San Basilio El Grande.
Nunca este pueblo de Dios
(o sea, nuestra Iglesia) debiera olvidar los eventos salvíficos realizados
por Nuestro Señor Jesucristo, que dieron vida a nuestra liturgia, siendo
nuestra Iglesia Católica una Iglesia de Memoria.
Por eso y a causa de
nuestras debilidades, necesitamos repasar y recordar las Escrituras que
–leídas desde la mesa del ambón– nos recrean los pasajes mesiánicos y de los
profetas que hablan de Él, como lo hacemos en las Lecturas Sagradas durante
la Liturgia de la Palabra.
Luego tras reafirmar esa fe
recitando el Credo, nos movemos de la mesa del ambón a la mesa del altar para
la Liturgia de la Eucaristía y procedemos como en Emaús, a dar gracias y a la
fracción del pan, donde ya lo reconocemos presente, para recibirlo luego como
alimento en la Sagrada Comunión.
En cuanto a las lecturas,
estas fueron incorporando las cartas o epístolas –que con tanta especial
veneración conservaban los primeros cristianos– escritas por San Pablo a los
Romanos, a los Corintios, a los Gálatas, a los Efesios, a los Filipenses, a
los Colosenses, a las comunidades en Tesalónica, a Timoteo, a Filemón, la
carta o disertación a los Hebreos, la carta de Santiago que termina como un
sermón dirigido a todos los creyentes esparcidos en el mundo, las cartas de
San Pedro a las diversas comunidades y las de San Juan. De igual modo,
posteriormente fueron incorporando los Evangelios y el Libro del Apocalipsis.
En los siglos IV y V, todos estos escritos fueron declarados por la Iglesia como
inspirados por el Espíritu Santo e incluidos en el canon, formando los libros
del A.T. –escritos en griego– los que componen hasta el día de hoy nuestra
Biblia de 73 libros (46 del A.T. y 27 del N.T.)
De la misa actual solo
conservamos en griego el Kyrie, que es el Señor, siendo el Papa San Dámaso
quien cambió en el siglo IV los textos de la misa del griego al latín, ya que
todas las lecturas eucarísticas eran leídas en griego.
Si pensamos hoy en el
profundo sentido de la Santa Misa, están estos dos momentos de Jesús:
1. En la Liturgia de la
Palabra se nos revela el sentido de nuestra vida e historia, a veces oculto
por nuestra falta de fe y de convicciones sólidas y
2. La liturgia eucarística
nos permite acercarnos a lo central del misterio (consagración) y en la
comunión compartir el pan sacramental y unirnos a los hermanos.
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3.PARTES
- RITOS INICIALES
-Entrada
Mientras entra el sacerdote comienza
el canto de entrada. El fin de este canto es abrir la celebración, fomentar la
unión de quienes se han reunido y elevar sus pensamientos a la contemplación
del misterio litúrgico o de la fiesta.
-Saludo al altar y pueblo congregado
Cuando llega, el sacerdote besa el
altar. Terminando el canto de entrada, el sacerdote y la asamblea hacen la
señal de la cruz. A continuación el sacerdote, por medio del saludo, manifiesta
a la asamblea reunida la presencia del Señor.
Terminado el saludo, el sacerdote o el monitor
puede hacer a los fieles una brevísima introducción sobre la misa del día.
Después el sacerdote invita al Acto penitencial,
que se realiza cuando toda la comunidad hace su confesión general termina con
la conclusión del sacerdote.
-Señor, ten piedad
Después del acto penitencial, se
empieza el “Señor, ten piedad”, a no ser que éste haya formado ya parte del
mismo acto penitencial. Si no se canta el “Señor, ten piedad”, al menos se
recita.
-Gloria
Este es un antiquísimo y venerable
himno con que la iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios
Padre y al Cordero, y le presenta sus súplicas. Si no se canta, al menos lo han
de recitar todos, o juntos o alternadamente.
-Oración colecta
El sacerdote invita al pueblo a orar;
y todos, a una con el sacerdote, permanecen un rato en silencio. Luego, el
sacerdote lee la oración que expresa la índole de la celebración; el pueblo la
hace suya diciendo amen.
- LITURGIA DE LA PALABRA
La Eucaristía es sacramento de toda la vida de
Jesús. Mediante las Lecturas bíblicas nos acercamos a ella:
-La primera
lectura
Se toma del Antiguo Testamento y nos sirve para entender muchas de las cosas que hizo Jesús.
Se toma del Antiguo Testamento y nos sirve para entender muchas de las cosas que hizo Jesús.
-Salmo
Responsorial
Formando parte de la misma Liturgia de la Palabra tenemos los Cantos
interleccionales.
Después de la 1º Lectura, sigue un Salmo Responsorial, que se toma del
Leccionario. El salmista o cantor del salmo, desde el ambón o desde otro sitio
oportuno, proclama las estrofas del salmo, mientras toda asamblea escucha y
además participa con su respuesta.
-La Segunda
lectura.
Se toma del Nuevo Testamento, ya sea de los Hechos de los Apóstoles o de
las cartas que escribieron los primeros apóstoles. Esta segunda lectura nos
sirve para conocer cómo vivían los primeros cristianos y cómo explicaban a los
demás las enseñanzas de Jesús. Esto nos ayuda a conocer y entender mejor lo que
Jesús nos enseñó. También nos ayuda a entender muchas tradiciones de la
Iglesia. Después de la segunda lectura se canta el Aleluya, que es un canto
alegre que recuerda la Resurrección u otro canto según las exigencias del
tiempo litúrgico.
-El
Evangelio
Se toma de alguno de los cuatro Evangelios de acuerdo al ciclo litúrgico y
narra una pequeña parte de la vida o las enseñanzas de Jesús. Es aquí donde
podemos conocer cómo era Jesús, qué sentía, qué hacía, cómo enseñaba, qué nos
quiere transmitir. Esta lectura la hace el sacerdote o el diácono.
-Homilía
Conviene que sea una explicación de las Lecturas, o de otro texto del
Ordinario, o del Propio de la Misa del día, teniendo siempre el misterio que se
celebra y las particulares necesidades de los oyentes.
-Profesión de fe
Con el Símbolo o Credo el Pueblo da su asentamiento y respuesta a la
Palabra de Dios proclamada en las Lecturas y en Homilía, y trae su memoria,
antes de empezar la celebración eucarística, la norma de su fe.
-Oración universal
En la oración universal u oración de los fieles, el Pueblo, ejercitando su
oficio sacerdotal, ruega por todos los hombres (Papa, Iglesia, Estado,
necesidades....).La asamblea expresa su súplica o con una invocación común, que
se pronuncia después de cada intención, o con una oración en silencio.
- LITURGIA EUCARÍSTICA
-Preparación de los dones
Al comienzo de la Liturgia eucarística se llevan al altar los dones que se
convertirán en el cuerpo y en la Sangre de Cristo: es de alabar que el pan y el
vino lo presenten los mismos fieles. Acompaña a esta procesión el canto del
ofertorio, que se alarga por los menos hasta que los dones han sido colocados
sobre el altar.
-Plegaria eucarística
Este el centro y el culmen de toda la celebración. Es una plegaria de
acción de gracias y de consagración. El sentido de esta oración es que toda la
congregación de fieles se una con Cristo en el reconocimiento de las grandezas
de Dios y en la ofrenda del sacrificio.
Los principales elementos de que consta la Plegaría eucarística pueden distinguirse
de esta manera:
a) Acción de
gracias: que se expresa sobre todo en
el Prefacio.
b) Santo: con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose
a las jerarquías celestiales, canta o recita las alabanzas a Dios.
c) Epiglosis: con ella la Iglesia, por medio de determinadas
invocaciones, implora el poder divino para que los dones que han presentado los
hombres queden consagradas, es decir, se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de
Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la comunión sea
para salvación de quienes la reciban.
d) Narración de
la institución y consagración: en
ella, con las palabras y gestos de Cristo, se realiza el sacrificio que él
mismo instituyó en la última cena. Es el momento más solemne de la Misa; en él
ocurre el misterio de la transformación real del pan y el vino en el Cuerpo y
Sangre de Cristo. Dios se hace presente ante nosotros para que podamos estar
muy cerca de Él. Es un misterio de amor maravilloso que debemos contemplar con
el mayor respeto y devoción. Debemos aprovechar ese momento para adorar a Dios
en la Eucaristía
e) Anamnesis: con ella la Iglesia, al cumplir este encargo que, a
través de los Apóstoles, recibió de Cristo Señor, realiza el memorial del mismo
Cristo, recordando principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa
resurrección y la ascensión al cielo.
f) Oblación: la asamblea ofrece al Padre la víctima inmaculada, y
con ella se ofrece cada uno de los participantes.
g) Intercesiones:
con ellas se da a entender que la Eucaristía se celebra en comunión con toda la
Iglesia, celeste y terrena, y que la población se hace por ella y por todos sus
miembros, vivos y difuntos.
h) Doxología
final: en ella se expresa la
glorificación de Dios y se concluye y confirma con el amen del pueblo.
Rito de la comunión
Ya que la celebración eucarística es un convite pascual, conviene que, según el
encargo del Señor, su Cuerpo y su Sangre sean recibidos por los fieles,
debidamente dispuestos, como alimento espiritual. Significa "común
unión". Al acercarnos a comulgar, además de recibir a Jesús dentro de
nosotros y de abrazarlo con tanto amor y alegría, nos unimos a toda la Iglesia
en esa misma alegría y amor
a) La oración
dominical: se pide el pan de cada
día, con lo que también se alude, para los cristianos, el pan eucarístico, y se
implora el perdón de los pecados. El embolismo, que desarrolla la última
petición, pide para todos los fieles la liberación del poder del mal.
b) El rito de la
paz: con que los fieles imploran la
paz y la unidad para la iglesia y para toda la familia humana y se expresan
mutuamente la caridad antes de participar de un mismo pan.
c) El gesto de
la fracción del pan: realizado
por Cristo en la última Cena, en los tiempos apostólicos fue él sirvió para
denominar la integra acción eucarística. Significa que nosotros, que somos
muchos, en la comunión de un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un
solo cuerpo (1 Co 10,17)
d) Incisión o
mezcla: el celebrante deja caer una
parte del pan consagrado en le cáliz [originariamente era un trozo del pan
consagrado en otra comunidad el domingo anterior: signo de comunión entre las
diversas comunidades cristianas
e) Mientras se hace la fracción del pan y la Incisión,
los cantores o un cantor cantan el Cordero de Dios: Esta invocación puede
repetirse cuantas veces sea necesario para acompañar la fracción del pan. La
última vez se acompañará con las palabras danos la paz.
f) Preparación privada del sacerdote.
g) Luego, el Sacerdote muestra a los fieles el pan
eucarístico.
h) Es muy de desear que los fieles participen del Cuerpo
del Señor con pan consagrado en esa misma Misa. Comulgar es la mejor forma de
participar del sacrificio que se celebra.
i) Mientras el sacerdote y los fieles reciben el Sacramento
tiene lugar el canto de comunión, canto que debe expresar, por la unión de
voces, la unión espiritual de quienes comulgan, demostrar, al mismo tiempo, la
alegría del corazón y hacer más fraternal la procesión de los que van avanzando
para recibir el Cuerpo de Cristo. Si no hay canto, se reza la antífona
propuesta por la Misa.
j) Terminada la distribución de la comunión, el
sacerdote y los fieles, si juzgan oportuno, pueden orar un rato recogidos. Si
se prefiere, puede también cantar toda la asamblea un himno, un salmo o algún
otro canto de alabanza.
k) En la oración después de la comunión, el sacerdote
ruega para que se obtengan los frutos del misterio celebrado. El pueblo hace
suya esta oración con la aclamación “Amén.”
- RITO DE CONCLUSIÓN
El rito final consta de saludo y bendición sacerdotal, y de la despedida, con
la que se disuelve la asamblea, para que cada uno vuelva a sus honestos
quehaceres alabando y bendiciendo al Señor.
5.BIBLIOGRAFIA
Fluvium
http://www.fluvium.org/textos/historia/his71.htm